Descubriendo los Derechos del Niño en Mali
Con una edad promedio de 16 años, la población de la República de Mali es una de las más jóvenes del mundo. Según el Índice de Infancias Robadas de 2021, también es uno de lugares más difíciles en el mundo para ser niño (Informe Mundial sobre la Infancia, 2021). La pobreza extrema, la inseguridad alimentaria, la desnutrición, la violencia de género y el matrimonio infantil son marcas distintivas que caracterizan la vida de los niños. Además, se encuentran en primera línea de la crisis climática: la región del Sahel se está calentando 1,5 veces más rápido que el promedio mundial y causa ciclos devastadores de sequías e inundaciones. La escalada del conflicto armado durante los últimos años demuestra que, en la actualidad, Mali está afrontando una emergencia sin precedentes que empeora de manera continua (Save the Children, 2021).
Índice de los Derechos del Niño: 5,01 / 10
Nivel negro: Situación muy grave
Población: 20,25 millones
Población entre 0 y 14 años: 47%
Esperanza de vida: 59,3 años
Mortalidad en menores de 5 años: 94‰
Mali a grandes rasgos
La República de Mali es un Estado de África Occidental. Es uno de los países más grandes del continente y no tiene salida al mar. Su población es relativamente escasa y está centralizada sobre todo a lo largo del río Níger (Andrew Clark, 2021). En la época precolonial, durante siglos la ciudad de Tombuctú, en el norte de Mali, fue un importante centro comercial en la región y un referente de la cultura islámica.
Tombuctú está situada en el Alto Níger, pero ha perdido su histórica relevancia. A fines del siglo XIX, Francia colonizó Mali y la denominó Sudán francés (BBC News, 2020). Hacia 1960, los antiguos territorios coloniales se habían independizado y el Sudán francés se convirtió en la República de Mali (The Editors of Encyclopaedia Britannica, 2021). Mali limita al norte con Argelia, al este con Níger y Burkina Faso, al sur con Costa de Marfil y Guinea y al oeste con Senegal y Mauritania.
Luego de haberse independizado de Francia en 1960, Mali ha sufrido sequías, rebeliones, un golpe de Estado y 23 años de dictadura militar hasta las elecciones democráticas de 1992 (BBC News, 2020). Durante los últimos años, el país ha tenido dificultades para mantener su estabilidad gubernamental; los golpes de Estado de 2012 y 2020 son prueba de ello. Mali había sido considerada como una fuerza emergente para la democracia en África Occidental; sin embargo, años de conflicto y pobreza extrema han detenido el desarrollo social, político y económico del país de modo significativo.
Estado de los derechos del niño
Mali ratificó la Convención sobre los Derechos del Niño de las Naciones Unidas de 1989 (CDN 1989) el 20 de septiembre de 1990 (ACNUDH, 2021). También ha ratificado otros tratados internacionales clave, como el Protocolo Facultativo relativo a la venta de niños, la prostitución infantil y la utilización de niños en la pornografía y el Protocolo facultativo relativo a la participación de niños en conflictos armados; ambas convenciones se ratificaron el 16 de mayo de 2002 (ACNUDH, 2021).
Mali firmó el Protocolo facultativo de la CDN relativo al procedimiento de comunicaciones el 28 de febrero de 2012, pero aún no lo ha ratificado (Colección de Tratados de las Naciones Unidas, 2021). Estos protocolos enriquecen y complementan el CDN 1989. El Protocolo facultativo relativo a la participación de niños en conflictos armados, establece que es necesario que los estados «tomen todas las medidas posibles» para asegurar que los miembros de fuerzas armadas menores de 18 años no participen directamente en las hostilidades. Los Estados deben elevar la edad mínima de 15 años para el reclutamiento voluntario en las fuerzas armadas, pero no se exige una edad mínima de 18 años (ACNUDH, 2021).
El Protocolo facultativo relativo a la venta de niños, la prostitución infantil y la utilización de niños en la pornografía establece definiciones para los delitos de venta de niños, prostitución infantil y pornografía infantil (ACNUDH, 2021). Además, crea obligaciones a los gobiernos para penalizar y castigar las actividades relacionadas con estos delitos (ACNUDH, 2021). También exige el castigo no solo para aquellos que ofrecen o entregan niños para la explotación sexual, tráfico de órganos o trabajo forzoso, sino también para quien acepte al niño para estas actividades.
El Protocolo facultativo relativo al procedimiento de comunicación de denuncias, a diferencia de los otros protocolos facultativos, no agrega nuevos derechos ni desarrolla áreas específicas de los derechos del niño. Este protocolo se conoce como «procedimental» porque brinda un procedimiento para visibilizar las violaciones a los derechos del niño ya existentes (Child Rights International Network, 2021). El protocolo facultativo permite al Comité de los Derechos del Niño escuchar las denuncias sobre posibles violaciones a esos derechos. Los niños de los países que ratifiquen el protocolo pueden utilizar el tratado para buscar justicia si el sistema jurídico nacional no ha sido capaz de proporcionar una reparación por la violación de ese derecho (ACNUDH, 2021).
Desde un punto de vista regional, Mali ratificó la Carta Africana sobre los Derechos y el Bienestar del Niño de 1990 (ACRWC, por sus siglas en inglés) el 3 de junio de 1998 (Comisión Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos, 2021). Además, ha ratificado el Protocolo de la Unión Africana a la Carta Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos con relación a los Derechos de las Mujeres en África, conocido como el Protocolo de Maputo, el 13 de enero de 2005 (Unión Africana, 2003). El preámbulo del Protocolo de Maputo reafirma la importancia de la igualdad de género y el fin de la discriminación y las prácticas dañinas como la mutilación genital femenina (MGF), que dificulta o pone en peligro el desarrollo físico y psicológico de mujeres y niñas (Unión Africana, 2003).
A nivel nacional, Mali ha adoptado varios documentos que buscan promover los derechos del niño, entre los que se incluye la elaboración del Código de Protección de la Infancia en 2002 (Child Law Resources, 2021).
El Código de Protección de la Infancia estipula la designación de oficiales de protección del menor para intervenir en aquellos casos en los que la salud o la integridad física o moral de un niño se encuentre amenazada o sea puesta en peligro. El código también exige que todas las personas, incluso aquellas obligadas a guardar secreto profesional, deben denunciar ante un oficial de protección del menor cualquier situación que pueda poner en riesgo la salud de un niño o niña (incluso la explotación y el tráfico de menores), su desarrollo, su bienestar físico o su integridad moral.
Un abordaje de las necesidades de los niños[1]
Derecho a la educación
Aunque la educación en Mali ha mejorado durante la última década, más de dos millones de niños de entre 5 y 17 años aún no van a la escuela y más de la mitad de los jóvenes malienses de entre 15 y 24 años son analfabetos (Mali UNICEF, 2021). Los problemas que afronta el sector educativo de Mali sonlas condiciones ambientales adversas, la agitación política, el trabajo infantil, el matrimonio infantil, la inseguridad y la escasez de escuelas cercanas a los hogares de los niños.
Estos son factores que contribuyen a los altos índices de deserción escolar y de niños sin escolarizar. Además, el hecho de que algunas poblaciones sean nómadas, la idea de que la educación es irrelevante y la grave escasez de escuelas y maestros formados, especialmente en zonas rurales, crean enormes barreras de acceso a la educación.
En el Artículo 18 de la Constitución se establece que «todos los ciudadanos tienen derecho a la educación. La educación pública es obligatoria, gratuita y laica. Se reconoce la enseñanza privada y deberá llevarse a cabo según las condiciones definidas por la ley» (Child Law Resources, 2021). Asimismo, la Ley de Educación de 1999 garantiza el derecho a la educación para todos los ciudadanos. Prohíbe la discriminación por motivos de «género, origen social, raza o religión (Child Law Resources, 2021)».
A pesar de la claridad de estas obligaciones, Mali ha tenido dificultades para cumplirlas debido al conflicto actual que ha provocado que se cerraran más de 735 escuelas y se negara el derecho a la educación a 225.000 niños por la inseguridad y el desplazamiento (Human Rights Watch, 2021). Grupos armados amenazaron a muchos maestros y vandalizaron, destruyeron u ocuparon escuelas.
El brote de coronavirus agravó esta situación y la mayoría de las escuelas se vieron forzadas a permanecer cerradas, lo que ha sido perjudicial para los niños, en especial para aquellos que viven en zonas rurales. En Mali, se registraron al menos 27 ataques a escuelas secundarias cuando estas reabrieron para que los niños rindieran sus exámenes en junio de 2020 (Human Rights Watch, 2020).
Además, existe una gran desigualdad en cuanto al acceso a la educación y finalización de los estudios, ya que las niñas y los hijos de las familias más desfavorecidas tienen mayor riesgo de deserción escolar: solo el 73,8% de las niñas están matriculadas en la escuela primaria, en comparación con el 85,8% de los niños (UNICEF Mali, 2021). En la educación secundaria, el porcentaje de niñas matriculadas es solo del 15% en comparación con el 21% de los niños.
Derecho a la salud
La salud en Mali sigue siendo un desafío debido a ciertas enfermedades prevenibles, como la neumonía, la diarrea y la malaria, que son la principal causa de muerte dentro de las enfermedades infantiles (UNICEF Mali, 2021). Lamentablemente, solo el 45% de los niños en Mali recibieron la pauta básica de vacunación completa y el 14% no recibió ninguna vacuna, lo que les impide recibir la protección contra las enfermedades infantiles más comunes (UNICEF, 2021).
Mali es uno de los países con los niveles más altos de anemia severa en niños menores de 5 años. Los países que registraron los niveles más altos de niños con anemia (y enfermos de malaria) son Senegal (26%), Mali (16%), Guinea (14%) y Mozambique (12%). Para la mayoría de los otros países, la anemia severa varía entre un 5% y un 10% (Organización Mundial de la Salud, 2019). El acceso a servicios de salud de calidad y profesionales de la salud capacitados, en especial en el norte y centro del país, es muy limitada; en consecuencia, uno de cada 10 niños en Mali muere antes de cumplir los 5 años, mientras que uno de cada 30 bebés no sobrevive a su primer mes de vida (UNICEF Salud, 2021).
La desnutrición crónica o retraso en el crecimiento afecta a más del 26% de los niños en Mali (UNICEF Mali, 2021). Un retraso en el crecimiento afecta el desarrollo físico y cognitivo de los niños y los hace más susceptibles a contraer enfermedades, lo que conduce a un bajo rendimiento escolar. Mali también cuenta con uno de los índices más altos de desnutrición aguda y desnutrición aguda severa en el mundo; son las formas más letales de desnutrición y afectan al 2% de los niños.
A nivel nacional, la desnutrición crónica descendió de un 26,6% a un 23,1%, pero en la región de Kayes casi se duplicó de un 11% en 2016 a un 20% en 2017 (Grupo Temático Mundial sobre Protección, 2018). Las causas están relacionadas con el deterioro de la situación alimentaria en ciertas localidades. Así, en Mali, los casos de desnutrición aguda severa esperados en 2018 aumentaron de casi 163.000 a principios de año a 274.000 y los casos de desnutrición aguda moderada subieron de 470.000 a 582.000 casos.
Derecho al agua y el saneamiento
Asegurar la disponibilidad de agua potable , instalaciones de saneamiento básicas y buenas prácticas de higiene es esencial para promover la salud y supervivencia de los niños; sin embargo, en Mali este tema aún genera preocupación (UNICEF Mali, 2021). Solo cerca de la mitad de las escuelas cuentan con puntos de abastecimiento de agua potable y menos del 20% tiene baños en funcionamiento y separados para niños y niñas (UNICEF Mali, 2021).
Además, más de un millón de personas en Mali aún practican la defecación al aire libre, que tiene un impacto directo en la salud, dignidad y seguridad de las comunidades. Solo el 39% de toda la población tiene acceso a servicios básicos de saneamiento, lo que provoca una alta incidencia de enfermedades diarreicas y desnutrición en los niños (Global Waters, 2021). Mali cuenta con un 80% de cobertura básica de agua, pero hay la posibilidad del avance continuo de esta, se encuentra amenazado debido a que el aumento de la población del país ejerce una mayor presión sobre los recursos hídricos y el cambio climático reduce la predictibilidad de las lluvias.
La falta de agua potable y un saneamiento e higiene inadecuados supone una grave amenaza para la salud y nutrición de todos los niños. Además, trae consecuencias para el bienestar físico y psicosocial y para la movilidad de mujeres y niñas, que son las principales responsables de la recolección de agua en Mali (Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, 2021). El uso de instalaciones sanitarias compartidas con otros hogares y la defecación al aire libre aumentan el riesgo de sufrir abusos sexuales para las mujeres y niñas, además, les dificulta transitar de forma segura sus ciclos menstruales con privacidad y dignidad.
Derecho a la identidad
Un certificado de nacimiento es un documento de vital importancia para registrar el nacimiento de un niño. La inscripción del nacimiento establece la existencia del niño ante la ley y sienta las bases para la protección de varios de los derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales de los niños. Los niños sin documentos del registro de nacimiento se encuentran potencialmente desprotegidos ante posibles violaciones de sus derechos, como la imposibilidad de acceder a la educación, el matrimonio de niñas o, en ocasiones, el reclutamiento en fuerzas armadas (Brandful, 2021).
El gobierno tiene la obligación legal de asegurar el registro de todos los nacimientos en Mali, incluso cuando los padres no tengan la ciudadanía maliense. El registro de nacimiento es un derecho fundamental protegido por varios instrumentos jurídicos internacionales de los que Mali es signatario. Específicamente, se encuentra en el artículo 7 del CDN de 1989, el artículo 24, párrafo 2 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos de 1966 (ICCPR, por sus siglas en inglés) (ACNUDH, 2021) y el artículo 18, apartado 2 de la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad de 2006 (CDPD) (ACNUDH, 2021).
Los niños que no estén registrados pueden sufrir apatridia y verse excluidos de los beneficios que ofrece la ciudadanía. (Child Law Resources, 2021), El artículo 157 del Code of Persons and Families (Código de Personas y la Familia) de 2011 establece la obligatoriedad legal de registrar el nacimiento de los niños. Una gran cantidad de niños en Mali, en especial aquellos que viven en zonas de conflicto, aún no ven respetado este derecho (UNICEF, 2021). Solo el 16% de los niños que viven en zonas rurales son registrados al momento de nacer.
En lo que respecta al registro de nacimientos, el principio de no discriminación implica que los Estados deben garantizar que el acceso a la inscripción no se vea socavado debido a ninguna clase de discriminación; como la discriminación basada en la raza; el color; el género; el idioma; la religión; la ideología política o de otro tipo; el origen nacional, étnico o social, los bienes; la discapacidad; y el linaje o cualquier otro estatus, ni de los niños, ni de los padres o tutores legales (Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, 2014).
Todos los niños deberían tener acceso a la inscripción del nacimiento en el país en el que nacen, incluso los niños extranjeros, solicitantes de asilo, refugiados y apátridas (Hodgkin y Newell, 2007). El impacto de la falta de registro puede producir desigualdades con respecto al acceso de los servicios básicos, además de profundizar la discriminación y la vulnerabilidad (UNICEF, 2013). Así, un sistema eficiente de registro y estadísticas significa un primer paso para garantizar la protección de los niños (Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, 2014).
Factores de riesgo – desafíos propios del país
Trata infantil
El constante conflicto armado, la inseguridad y el COVID-19 han conducido a un aumento del tráfico de menores, el trabajo forzado y el reclutamiento forzado por parte de grupos armados en Mali (Agencia de la ONU para los Refugiados, 2020). Se registraron más casos de reclutamiento de menores en la primera mitad del 2020 (230 casos) que en todo el 2019 (215 casos) (Grupo Temático Mundial sobre Protección, 2020).
Esto tiene como resultado varios riesgos con respecto a la protección de los niños, como el trabajo infantil, la explotación sexual, el abuso sexual y la violencia intrafamiliar. Los grupos armados también recurren al tráfico de niños para que trabajen en minas de oro y utilizan las ganancias para enriquecer a los combatientes, impulsar el comercio de armas y financiar la violencia (Agencia de la ONU para los Refugiados, 2020).
Niños en conflictos armados
El reclutamiento por parte de grupos armados representa uno de los peligros más grandes para los niños desde el comienzo del conflicto en 2013 (Child Protection Global Protection Cluster, 2018). En 2018, casi un tercio de la población de Mali vivía en zonas damnificadas por la guerra (UNICEF Mali, 2021). Grupos armados en el centro y norte del país, incluso aquellos alineados con el gobierno, continuaron con el reclutamiento y la utilización de niños soldado (Human Rights Watch, 2018). Este hecho es directamente contrario a la ratificación de Mali del Protocolo facultativo relativo a la participación de niños en conflictos armados en 2002 y ha provocado un aumento significativo de la violencia en el norte y centro de Mali.
En la región de Mopti, el incremento de la violencia intercomunitaria y la presencia de grupos armados han causado ataques recurrentes y han conducido al asesinato y la mutilación de niños; también a su desplazamiento, la separación del niño de sus familias y a la exposición a la violencia sexual y el trauma psicológico (UNICEF Mali, 2019). Además, la Organización de las Naciones Unidas comprobó 809 violaciones graves a los derechos de 535 niños (394 niños, 135 niñas y 6 de sexo desconocido) que ocurrieron durante ese período (United Nations General Assembly Security Council, 2021).
Además, luego se comprobaron 204 violaciones graves a los derechos de 183 niños (145 niños, 38 niñas) que habían ocurrido en años anteriores. Se busca a los niños para el reclutamiento y la asignación de diferentes actividades, incluso ataques de terrorismo suicida (Plan International, 2017). Se ha documentado que se incentiva el uso de niños como combatientes y que se los obliga a participar directamente en las hostilidades (Human Rights Watch, 2018). En Mali, el caso de los niños soldado se ha denunciado ampliamente desde el comienzo del conflicto en 2013 (Grupo Temático Mundial sobre Protección, 2020).
Niños no acompañados y separados de sus familias
Entre 2018 y 2020, el números de desplazados internos aumentó más del doble, desde 110 000 hasta más de 332 957 personas (UNICEF Mali, 2021). El 56% de las personas desplazadas son mujeres y niñas y el 61% son menores (UNICEF Mali, 2021). En las regiones del norte y centro del país, más del 96% de los desplazados internos viven en zonas donde el acceso al agua está por debajo del promedio nacional, que es del 69% (UNICEF Mali, 2021). Mali tiene una de las tasas de mortalidad más altas en África debido debido al agua contaminada y al saneamiento e higiene (WASH, por sus siglas en inglés) deficientes (Organización Mundial de la Salud, 2019).
En Mali, el conflicto ha debilitado y aún debilita los fuertes mecanismos familiares y comunitarios tradicionales de protección para los miembros más vulnerables de la comunidad (Child Protection Global Protection Cluster, 2018). La intensificación actual del conflicto intercomunitario, la violencia y otros enfrentamientos en el norte y centro del país podrían contribuir al aumento de separaciones organizadas por razones de seguridad.
Además, estos mismos factores pueden contribuir a las separaciones accidentales y el abandono de niños en parte ocasionado en parte por la migración o los enfrentamientos. A los niños desplazados les es imposible acceder a los servicios de salud y educación que necesitan (Reid, 2020). El conflicto cada vez mayor está poniendo en peligro a los niños y otras personas civiles, especialmente en Mopti y Menaka, donde los ataques intercomunitarios han provocado desplazamientos y numerosas muertes.
Trabajo infantil
Mali ha ratificado numerosas convenciones en materia de trabajo y los derechos de los niños. Estas son el Convenio sobre el trabajo forzoso, 1930 (Convenio nº 29) (Organización Internacional de Trabajo, 1960), el Protocolo de 2014 relativo al Convenio sobre el trabajo forzoso (Organización Internacional de Trabajo, 2016), el Convenio sobre la edad mínima, 1973 (nº 138) (Organización Internacional de Trabajo, 2002) y el Convenio sobre la prohibición de las peores formas de trabajo infantil , 1999 (nº 182) (Organización Internacional del Trabajo, 2018).
A pesar de haber ratificado convenciones fundamentales acerca del trabajo infantil, en Mali, al menos 2,4 millones de niños desempeñaban trabajos considerados peligrosos (Child Protection Global Protection Cluster, 2018). El 40% de los niños de entre 5 y 17 años se vieron involucrados en actividades que podrían perjudicar su desarrollo. Otros informes de 2013 dan cuenta de incidentes relacionados con la esclavitud en la región norte del país, incluso en las comunidades tuaregs del norte de Mali, se produjo la venta de niños para el trabajo agrícola i/o doméstico (Child Protection Global Protection Cluster, 2018).
En 2015, se informó que el trabajo infantil en la agricultura, las actividades domésticas y el trabajo informal alcanzaba casi el 70% de los niños (tres millones de niños), de los cuales el 60% eran menores de 12 años y el 60% vivían en zonas rurales. La mayoría de los niños que participaban del trabajo infantil se encontraban en el sur del país: Sikasso (76%), Segú (68%) y Kayes (60%) (Child Protection Global Protection Cluster, 2018).
En 2017, se modificó el Código de Trabajo, 1992 (Child Law Resources, 2021) y se estableció la edad mínima de admisión al empleo a los 15 años (Departamento de Estado de los Estados Unidos, 2018). Bajo ninguna circunstancia ningún niño deberá trabajar más de ocho horas diarias. El listado de trabajos peligrosos del Gobierno prohíbe ciertas actividades a los niños menores de 18 años. Las niñas de entre 16 y 18 años no podrán trabajar más de seis horas diarias. La ley alcanza a todos los niños, incluso a aquellos que trabajan en el sector informal y a los trabajadores autónomos.
Matrimonio infantil
El matrimonio infantil es una violación a los derechos humanos fundamentales y, en Mali, una de cada dos niñas contrae matrimonio aún durante su infancia (UNICEF Mali, 2021). Las niñas que se casan antes de cumplir los 18 años son más propensas a abandonar la escuela y a padecer violencia, mientras que tienen un mayor riesgo de muerte debido a posibles complicaciones durante el embarazo y al dar a luz. Además, el matrimonio infantil provoca la separación de la niña de su familia y amigos, además, no puede participar libremente en las actividades de la comunidad. Esto trae consecuencias a su bienestar físico y mental, así como limita su capacidad de alcanzar su potencial y participar plenamente en el desarrollo de la familia, la comunidad y la sociedad.
En algunas regiones del país, especialmente en Kayes y Kulikoró, las niñas son obligadas a casarse incluso a partir de los 10 años. Era habitual que una niña de 14 años se casara con un hombre que le doblara la edad (Departamento de Estado de los Estados Unidos, 2018). El matrimonio infantil priva a las niñas de su infancia y aumenta la probabilidad de un embarazo precoz (UNICEF Mali, 2021).
Mutilación genital femenina (MGF)
Además del matrimonio infantil, Mali cuenta con una de las tasas más altas de mutilación genital femenina (MGF) en el mundo y esta práctica afecta a más del 73% de las niñas de entre 0 y 14 años (UNICEF Mali, 20201). En la mayoría de los casos, la circuncisión se realiza entre los 0 y 5 años (Institute National de la Statics and ICF, 2019). La MGF es una violación al derecho fundamental de las niñas a sobrevivir y desarrollarse. Obstaculiza el derecho de las niñas a convertirse en adultas sanas que puedan construir una vida mejor para ellas mismas y sus comunidades.
En la actualidad, no existe una legislación nacional en Mali que criminalice y penalice la MGF a pesar de que el país haya ratificado el Protocolo de Maputo y, por consiguiente, aceptado las cláusulas del protocolo que establecen la eliminación de la MGF a través de la promulgación de leyes nacionales pertinentes y de apoyo contra la MGF. Aunque esta práctica es legal, las autoridades la prohíben en los centros de salud financiados por el gobierno (Departamento de Estado de los Estados Unidos, 2018).
Desafíos ambientales
Entre 2016 y 2018 (Sida’s Helpdesk for Environment and Climate Change, 2013), Mali ha sufrido una grave sequía que afectó las temporadas de cultivo (Reid, 2020). Este hecho tuvo un impacto negativo sobre la seguridad alimentaria y la nutrición. Esto, a su vez, afectó el bienestar general de los niños y aumentó sus probabilidades de sufrir de desnutrición crónica. Actualmente, uno de cada tres niños está poco desarrollado para su edad, lo que indica altos niveles de desnutrición.
Existe una marcada relación entre el medioambiente y los problemas de salud en Mali, particularmente en materia de desnutrición, contaminación del aire interior y enfermedades relacionadas con el agua. En este país, aproximadamente el 81% de los niños padecen algún tipo de anemia y el 38% de los niños menores de cinco años manifiestan niveles importantes de retraso en el crecimiento y emaciación. Durante los últimos años, el aumento de la temperatura, la desertificación y las lluvias impredecibles han conducido a la migración de personas y el ganado en busca de recursos naturales.
Este fenómeno, a su vez, genera tensiones y competencia entre diferentes comunidades, lo que puede escalar rápidamente hasta episodios de violencia localizada, y convertir al cambio climático en motor de la violencia (Comité Internacional de la Cruz Roja, 2021).
La escasez y la degradación continua de los recursos naturales es un factor que contribuye a la desnutrición, las dificultades económicas, la migración y los conflictos violentos en Mali (Sida’s Helpdesk for Environment and Climate Change, 2013). A su vez, en general, los conflictos y la inseguridad impulsan la gestión no sostenible de los recursos naturales.
Escrito por Igi Nderi
Revisado internamente por Aditi Partha
Traducido por Clara Roncoroni
Revisado por Esperanza Escalona
Última actualización el 7 de agosto de 2021
Referencias:
Andrew Clark. (2021, June 11). Mali. Retrieved from Britannica.
BBC News. (2020, May 26). Mali Country Profile. Retrieved from BBC News World Africa.
BBC News. (2020, August 26). Mali profile-Timeline. Retrieved from BBC News World Africa.
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Hodgkin, R., & Newell, P. (2007). Implementation Handbook on the Rights of the Child. In R. Hodgkin, & P. Newell, Implementation Handbook on the Rights of the Child (p. 97). Geneva: United Nations Children’s Fund.
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[1] Este artículo de ningún modo pretende dar una cuenta completa o representativa de los derechos del niño en Mali; de hecho, uno de los numerosos desafíos es la escasa información actualizada sobre los niños de Mali, gran parte de la cual no es confiable, no es representativa, está desactualizada o simplemente no existe.